sábado, 21 de mayo de 2011

Suena el telefono, eres tú. Mi corazon se acelera. Seguramente espera su oportunidad aunque mi mente le dice: "Reacciona, no va a suceder". 
Y no sucede. Me cuentas tu nueva historia de amor. Aquella chica que has conocido en esa fiesta que te ha deslumbrado. Seguramente será guapisima.
Con sus cabellos rubios y sus ojos verdes o puede que azules. Alguien a que le guste tu misma música, que comparta tus aficiones, tu todo. 
Estas emocionado ante la posibilidad de que nazca algo entre vosotros dos, mientras que yo tiemblo. 
¿Por qué no puede suceder lo que más deseo? Quedamos. Voy a recogerte, bajas. Sonríes. Siento que algo de mi se muere. No paras de hablar de aquella chica que se ha presentado con tantos nombres, formas y 
personalidades y pequeños defectos que estas dispuesto a ignorar. 
Mi mente vuela, no te escucho. Es la misma historía de siempre. Hay momentos en los cuales, buscas una respuesta de mi parte. Contesto de forma aútomatica. Sincermamente, no me importa. 
Lo sabes, sé que lo sabes. Sabes que sigo enamorada de ti. ¿Por que me haces esto? ¿ Por que tengo que oír tus estupidas historias de amor? Ninguna de ellas te va a querer cómo yo. ¿Es que aún no has aprendido
la lección?
Son tantas las veces que te has enamorado desde que te conozco, que te has quedado prendado de alguna niña que no te llega ni a la suela de los zapatos. Tantas que parece un chiste. 
Sé que deberia de alejarme de tí pero no puedo. No me imagino un mundo sin ti. En mi la la land estás tú, solo tu. "Si tuviera que escoger a alguien para vivir sola en el mundo serias tú". ¿Recuerdas?
Pero volvamos a tí. Sigues hablando, no te callas. Si al menos pudiera callarte y que me dejaras hablar. 
Pero no lo haces, otra tarde perdida. 
Finalmente son las nueve, me voy a casa. No recuerdo la mitad de cosas que han sucedido esta tarde. Solo tu maravillosa sonrisa o tus profundos ojos verdes

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